Estas son nuestras propuestas:
Cualquier viaje de turismo a Rusia debe incluir la visita a dos de sus principales ciudades: Moscú y San Petersburgo. Su belleza y la multitud de secretos que guardan no dejan indiferente a ningún viajero.
La visita a la capital rusa, le permitirá descubrir algunas de las maravillas de Moscú. La famosa Plaza Roja es, sin duda, un lugar de obligatoria visita. Este espacio de 23.000 metros cuadrados alberga algunos de los edificios emblemáticos de la ciudad, como el Templo de San Basilio y sus cúpulas sin igual, o el complejo del Kremlin, en el que podrá recorrer las sedes de las principales instituciones rusas y sus tres catedrales. No puede abandonar la ciudad sin adentrarse en los túneles de su subsuelo, por los que discurre el Metro de Moscú, y descubrir las estaciones ricamente decoradas que esconde el metropolitano más elegante del mundo.
Si lo desea, antes de dejar Moscú, puede recorrer algunas ciudades históricas de Rusia. Podrá visitar el tranquilo pueblo de Serguiev Posad, o las ciudades de Suzdal y Vladimir, cunas del idioma y la nacionalidad rusos.
La otra gran ciudad que no puede perderse en San Petersburgo. Pero, antes de llegar a la ciudad de los zares, puede optar por recorrer los 650 kilómetros que la separan de Moscú en un romántico viaje en tren hotel –también se puede hacer en avión, si lo prefiere-, uno de los trayectos más divertidos y populares de un tour por Rusia.
Ya en San Petersburgo, una de sus principales atracciones es el famoso Museo Hermitage, una de las mayores pinacotecas del mundo y que también posee una de principales colecciones de antigüedades que existen. Junto a esta, la Fortaleza de San Pedro y San Pablo es de visita obligada, al igual que el tour panorámico de la ciudad, en el que podrá ver otras de las joyas de la ciudad de los zares: la Avenida Nevski, principal arteria de la ciudad; el Jardín de Verano, la Catedral de Nuestra Señora de Kazán, o su malecón.
Si su curiosidad por la Rusia de los zares ha ido en aumento, cerca de San Petersburgo, están el Palacio Peterhof y el Palacio de Catalina, dos de los palacios imperiales más impresionantes.